Estimados lectores:
Reciban un cordial saludo y a la vez la reflexión de esta semana que tiene que ver con la capacitación continua y su aplicación a la vida diaria de las empresas. Espero que sea de su agrado.
Cierto día un empresario local decidió apostar por modernizar su planta para elaborar un producto novedoso, para ello, mandó traer de tierras orientales la más moderna y costosa maquinaria que le permitiera ser líder en su nicho de mercado con sus productos a innovar.
Muy entusiasmado por la llegada de su nueva maquinaria, giró las instrucciones pertinentes para su instalación a la brevedad posible y así se cumplieron las ordenes, decenas de trabajadores contribuyeron a la labor e inició el proceso novedoso que contribuiría al éxito de las ventas.
Todo marcho bien durante los primeros seis meses, hasta que un día, la maquinaria dejó de funcionar y con ello llegaron los problemas y la baja en la productividad. Angustiado por esta situación, el empresario decidió llamar sin más demora a los mejores técnicos del mundo especializados en estos menesteres. No obstante, ninguno acertó a dar una causa de la falla y por ende la desesperación hizo mella en el dueño, que en una medida controversial pero necesaria; mandó pedir los servicios de un humilde técnico local como última opción antes de desechar su inversión.
Acto seguido, el técnico acudió al llamado y demorando únicamente 10 minutos en la evaluación de la problemática, emitió un fallo del tema y solicito la autorización para arreglar el desperfecto en la maquinaria, el empresario autorizó la compostura no importando nada más y para su sorpresa el técnico apretó solo una tuerca que estaba en la parte posterior del costoso equipo.
El empresario maravillado por esta acción y por ver resuelto su problema, le solicitó el correspondiente comprobante de sus servicios para pagarlo en el momento y se llevó la sorpresa del cobro: $1'000,000.00 más el correspondiente IVA de la operación. Fue tal la sorpresa por el cobro "desmedido" del técnico, sin embargo, debía honrar su palabra empeñada, no sin antes solicitar el "desglose" de los servicios como para estar convencido del justo cobro del mismo.
El recibo del honorario por el servicio efectuado se desglosó de la siguiente manera:
Análisis de la falla y apretar la tuerca: $1,000.00
Saber que tuerca apretar: $999,000.00
Conclusiones:
Es muy importante para el desarrollo profesional del individuo la implementación de un estilo de vida basado en la mejora continua, esto lo proporciona la capacitación constante en el ámbito laboral o intelectual que mejor desarrollemos. ¡No temas en invertir en tu capacitación personal, con el paso del tiempo se te retribuye y en mayor cantidad¡.
De igual manera, el saber cobrar por el servicio que se ofrece basado en la competencia de servicio, calidad y seguridad del resultado, dará como resultado un respeto hacia la profesión que desarrollemos y evitará la mala competencia basada únicamente en precio.
Y tú estimado lector, ¿Estás preparado para "apretar la tuerca indicada"?
Saludos cordiales:
CPC y MI Juan Gabriel Muñoz López
Consultor fiscal, capacitador y conferencista.
twitter: @gabriel_fiscal @Elgabocoaching
http://elcoachingdebolsillo.blogspot.com
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