Estimados lectores:
Después de unas largas "vacaciones" de mi musa de la escritura, llegó con nuevos bríos para compartir con ustedes la consabida fábula del Griego Esopo, claro está; adaptada y aplicada a la vida profesional del individuo y del coaching para la reflexión semanal, espero que sea de su agrado.
Adaptación de la fábula: Los lobos y los perros alistándose a luchar
Se encontraban preparando el escenario para la lucha las huestes de lobos y de perros, aquello pintaba para una carnicería segura, y en ese tenor, los perros decidieron poner al frente de ellos a un General exitoso que condujera su destino.
Los perros estaban un poco perplejos y contrariados, lejos de entablar la batalla en el acto, su General -en una actitud cautelosa- decidió aplazar la confrontación, a lo que los caninos espetaron a su líder: ¿Por qué no hemos entablado batalla aún?, ¡Los lobos nos tomarán por cobardes!, ¡Vamos, de la orden e iniciaremos el ataque!. Los ansiosos perros recibieron como respuesta lo siguiente: Calma, ¿Acaso no perciben que los lobos son del mismo color, tamaño, fuerza e inteligencia?, en cambio, en nuestras filas tenemos una amplia de variedad, tamaños, colores, complexión. Es cierto que todos procedemos de distintas razas de las cuales sentimos orgullo, pero; ¿Cómo enfrentarnos en el campo de batalla sin estar nivelados con el enemigo?, debo primero unificar a mi raza para dar guerra en igualdad de circunstancias...
Pues bien estimado lector, de la adaptación de la fábula anterior, podemos tomar los siguientes elementos para efectuar un análisis de la situación:
1. Los Lobos son todas aquellas personas o situaciones diarias que desean dar batalla a la profesión contable buscando evitar el uso de nuestros servicios a toda costa en aras de falsas ideas de ahorro y autosuficiencia, o de considerarnos como el mal necesario en la mayoría de los casos, por citar algunos ejemplos muy palpables en la actualidad.
2. Toda la profesión contable -en esta historia representada por la otra raza de caninos, en sentido figurado y con el debido respeto que se merece cada uno de ustedes amables lectores y sin caer en términos peyorativos ni con el afán de ofender a nadie-, orgullosamente desarrollamos día a día nuestra labor, provenimos de distintas universidades, agrupaciones, colegios, asociaciones, etc., eso nos hace sentir que estamos listos para iniciar la batalla por ser mejores cada día. Sin embargo, hemos demostrado falta de uniformidad para atacar al enemigo común que tenemos: la apatía, la falta de interés por el gremio, intereses particulares en lugar de generales, el embate y arbitrio de las autoridades, etc.
3. Nuestro "General" puede estar representado en la historia que comparto el día de hoy, por líderes de agrupaciones o asociaciones que buscan unificar y estandarizar el servicio y/o profesión contable en aras de hacer frente con dignidad y unidad, a las necesidades que tienes los empresarios y/o receptores de nuestros servicios. Es importante recalcar que en esta batalla del día a día, deben prevalecer los valores como: Trabajo en equipo, Uniformidad de criterios, estandarización de cuotas o igualas en la prestación de nuestros servicios, etc., esto con la finalidad de hacer de nuestra carrera un poderoso gremio al cual se le respete en todas las circunstancias de la vida.
La preparación para la batalla diaria no es fácil, debemos planear, crear estrategias competitivas, "unificar" criterios y sobre todo, lo más importante; seguir propiciando la cultura de la capacitación o especialización, en aras de ganar la guerra a la apatía por recurrir a nuestros servicios o a la competencia desleal del gremio, etc.
Un ataque en solitario nunca tendrá el mismo efecto que cuando lo llevamos a cabo un unión, tan es así que estimado lector; lo invito a llevar a cabo la siguiente dinámica que ejemplifica lo que pretendo demostrar: ponga en sus manos un palo de madera con el cual sujetamos una rica paleta de agua o de leche, ahora rompalo, acto seguido ponga en sus manos la cantidad de 15 palitos de la misma madera, agrupados todos ellos e intente romperlos... ¡Ah verdad!... no fue lo mismo...
Apoyemos las propuestas y labor de nuestras organizaciones y/o agrupaciones, sea cual fuere el nombre, realmente no importa el lugar, universidad o cuna de donde provenimos, evitemos la discordia o los intereses particulares en aras de un bien común: la dignidad y fortaleza de la profesión contable.
Así con ello, no importa si son "lobos" u otras las manadas los que buscan derrotarnos en el día a día, hemos de estar preparados para dar una batalla y salir triunfantes de ella.
Saludos cordiales
CPC y MI Juan Gabriel Muñoz López
Consultor
twitter: @gabriel_fiscal
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